En Julio de 2017, nuestro parque nacional fue declarado sitio de Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco por su riqueza natural y su estado único de conservación.
En Julio de 2017, nuestro parque nacional fue declarado sitio de Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco por su riqueza natural y su estado único de conservación.
Los cerros nevados y el sol del invierno invitan a recorrer el Parque Nacional Los Alerces, que en estos primeros días de Julio está abierto para los residentes de Trevelin, la puerta de entrada a esta área protegida que sorprende con su belleza y estado de conservación.
Estas fueron dos de las razones que motivaron su inclusión en la lista de sitios de Patrimonio Mundial de la Humanidad que, en Argentina, incluye a solo 11 destinos.
Por supuesto, los bosques en los que crecen los alerces milenarios, árboles de gran longevidad que viven miles de años y alcanzan alturas por encima de los 70 metros son los protagonistas principales de esta distinción.
La declaración firmada por la UNESCO comprende 188.379 hectáreas del Parque Nacional Los Alerces. De esa superficie, más de 7.000 corresponden a las que protegen los Bosques Milenarios de Alerces. Pero también es en esos ambientes en donde viven los huemules, el ciervo andino del Sur, una especie en peligro de extinción que apenas se deja ver entre la densidad del bosque.
Los grandes lagos, como el Futalaufquen o el Rivadavia; los ríos prístinos como el Arrayanes; y los glaciares como el Torrecillas, completan un escenario inigualable.
Experiencias que merecen ser vividas
Este es el territorio natural que fue distinguido hace ya 3 años por la UNESCO pero, ¿Qué significado tiene esto para quienes vivimos junto al Parque? ¿Y para los miles de turistas que nos visitan cada año?
El hecho más evidente es que hay apenas 1018 sitios con esta distinción y ser parte implica tanto una oportunidad como una gran responsabilidad: el área de la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura y la Educación nos señala como un lugar único, especial y que debemos resguardar para toda la humanidad. Nos encanta ese desafío
En tiempos en los que el turismo se replantea su futuro, los viajeros miran a los destinos naturales como el nuestro. Aquí cada quien puede tener su propio espacio; no hay grandes aglomeraciones de gente, sino espacios agrestes, en donde el trekking, la pesca, el camping, la navegación o las cabalgatas se practican con el menor impacto posible, buscando que esa belleza que disfrutamos hoy, se mantenga para las futuras generaciones.
Esas son las experiencias que queremos que vivan los turistas que nos visiten cuando, esperamos que muy pronto, podamos volver a recibirlos aquí, en la puerta de entrada al Parque Nacional Los Alerces.