Ubicada en un entorno de bosque patagónico, esta propuesta invita a caminar con calma, rodeados de especies nativas y de un jardín vivo que cambia con cada estación: tulipanes en octubre, peonías en noviembre, lavandas, amapolas, lirios, valeriana, frutos rojos, árboles frutales y una diversidad botánica que enmarca el recorrido con color y fragancia.

El paseo permite sumergirse en un espacio que honra el ritmo de la naturaleza. Senderos suaves entre bosques y jardines despiertan los sentidos y fomentan una mirada atenta hacia la flora autóctona y las energías del paisaje.
Aquí, cada paso invita a detenerse, observar y reconectar.

Durante el recorrido, la música en vivo con instrumentos de viento y cuerdas envuelve al visitante, fortaleciendo el vínculo con el ambiente natural. La Colina del Druida también ofrece jornadas de música celta con melodías provenientes de la cultura celta, interpretadas por el artista Jorge De Oro, cuya obra realza la atmósfera del bosque.

Relatos de mitología celta —historias ligadas al bosque, espíritus del bosque y leyendas ancestrales— acompañan la visita y crean un puente entre la identidad patagónica y el universo celta.

La cultura celta aparece aquí como un lenguaje compartido: música, narración y naturaleza en armonía.

Más que un paseo, es una experiencia guiada donde cada visitante se convierte en protagonista. La interacción con los anfitriones, las melodías, los relatos y los espacios del bosque genera un recuerdo profundo, emocional y auténtico.

La Colina del Druida es ideal para quienes buscan calma, significado y una manera distinta de conocer Trevelin: a través de la música, la naturaleza y la magia de un territorio contado desde sus raíces.