El invierno en el Parque Nacional Los Alerces es especial. Este área natural protegida, incluida en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO muestra una cara única durante los meses más fríos del año.
Desde su reapertura, los vecinos de Trevelin pueden disfrutar de recorrer el área natural protegida para verla con una vestimenta diferente. El contraste de colores en el invierno es único: el verde de las aguas del Río Arrayanes se combina con el blanco de la nieve que todo lo cubre.
Desde Trevelin hasta la Portada Centro del Parque Nacional Los Alerces hay solo 23 kilómetros de un recorrido que merece hacerse con tiempo y dsfrutando de cada tramo. Como el cruce del Puente Kansas sobre el río Percy, desde donde se pueden ver los viñedos de la Bodega Contra Corriente; ya en la Ruta 71 es posible encontrar no solo opciones de alojamiento, sino también algunos de los mejores fiambres de la región en las Cabañas Franco y chocolates y alfajores elaborados en el Establecimiento Hisashi, en donde durante el verano se pueden conseguir cerezas inmejorables.
La ruta continúa hasta llegar al cruce con la Ruta 72. Allí se distingue el cartel de Trevelin, un excelente lugar para una selfie con la Laguna Terraplén de fondo.
Justamente esta laguna acompaña el trayecto por algunos pocos kilómetros, hasta ingresar al parque.
Rumbo a la Pasarela del Río Arrayanes.
En él se distribuyen una quincena de ríos y lagos interconectados, uno más sorprendente que el otro: desde el Lago Rivadavia al Futalaufuqen; del río Frey al Arrayanes, cada cual tiene su personalidad y su atractivo particular. En invierno, caminar por los senderos nevados a orillas de ríos turquesas, azules y verdes es un espectáculo único. Y como es un momento de poco movimiento de autos y personas, es ideal para prestar atención a los sonidos del entorno. Tras bordear todo el lago Futalaufquen, dicho sea de paso, un pesquero que está habilitado todo el año para la pesca deportiva, la Ruta 71 continúa hasta la zona del Río Arrayanes y el Lago Verde. Allí se encuentra la famosa Pasarela del Río Arrayanes, un puente colgante que regala siempre postales imperdibles. También es el punto de inicio del sendero a Puerto Chucao, desde donde parten las excursiones lacustres al Alerzal Milenario y al Glaciar Torrecillas. Una caminata por el corazón del parque nacional es la mejor manera de cambiar el aire y reconectarse con la naturaleza en estado puro.
